EDUCAR A TRAVÉS DE LOS MEDIOS DE
COMUNICACIÓN
Resumen
El
presente ensayo, plantea la necesidad de incorporar la educación para los
medios de comunicación, con el fin de dar respuesta a las interrogantes que propone
la actual sociedad de la información y las nuevas tecnologías.
Se
estudiarán los principales factores de resistencia, que se manifiestan en el
entorno educativo, tales como la rivalidad existente entre texto e imagen, así
como el temor que hay en el personal docente de perder su autoridad.
El
fin, es explorar la fundación de una nueva escuela, para propiciar un encuentro
más productivo, entre la educación, los medios de comunicación y la realidad
social.
Introducción
“Debemos
pensar diferente sobre la capacidad humana, tenemos que superar esa vieja
concepción sobre lo académico y sobre lo no académico, abstracto, teórico,
vocacional…porque es un mito. Debemos reconocer que la mayoría del gran
aprendizaje sucede en grupos donde la colaboración es la fuente de crecimiento.
Si atomizamos a la gente, si nos separamos para que trabajen separados, creamos
una especie de disyunción entre ellos y su ambiente natural de aprendizaje”. (Ken
Robinson, educador, escritor y conferencista británico).
El
sistema educativo en este nuevo milenio, está completamente desplazado, por el
surgimiento de las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación
(TIC). En las aulas de clases, hoy en día, se siguen implementando la
unidireccionalidad en la transmisión de conocimientos, limitando o mejor dicho,
eliminando cualquier posibilidad de retroalimentación o feed-back, entre
emisores (profesores y maestros) y receptores (alumnos).
A
pesar que estamos sumergidos en la sociedad del conocimiento, donde las nuevas
tecnologías y la creación de las redes sociales e internet, facilitan el acceso
al saber, siguen existiendo docentes que se sienten amenazados y por ende, se
resisten al cambio, continuando su planificación escolar si aún estuviéramos en
la época de la imprenta, sin abandonar la vieja guardia, es decir, seguir
siendo autoritarios, verticales y estructurados.
La
sociedad del siglo XXI es versátil y a la vez cambiante, por eso la educación
debe facilitar las respuestas a ello. La generación del nuevo milenio, tiene
otros patrones de conducta, impulsada por los nuevos medios, que facilitan el
alcance del conocimiento, que producen cambios en su entorno y genera nuevas
verdades.
Para
buscar una explicación a esta realidad, hay que tratar de responder las
siguientes interrogantes, tales como:
·
¿Hay de verdad resistencia
al cambio por parte de los docentes?
·
¿Cuáles serían las estrategias
y enfoques a seguir?
·
¿La educación para los
medios de comunicación en la escuela?
·
¿Educar a través de los
medios versus medios educativos?
·
¿Cuál es la implicación de
los medios en la educación?
·
¿Qué es el término educomunicar?
Se
tratará de dar respuesta a estas preguntas, para observar de qué manera la
educación y la comunicación, pueden convertirse en una fórmula real.
Desarrollo
¿Hay de verdad resistencia al cambio por parte de los
docentes?
La
relación entre educación y medios de comunicación, siempre está en el debate
entre los profesionales de ambas disciplinas, porque tienen vinculaciones muy
estrechas. En la actual sociedad del conocimiento, la generación de información
es avasallante, a pesar que ha habido educadores que se han esforzado, para
generar nuevos materiales didácticos, sin embargo hay todavía resistencia al
cambio, a pesar que cuando hacemos comunicación educativa, estamos buscando un
resultado formativo.
Esto
nos lleva, a la necesaria renovación para una educación sobre los medios y las
nuevas tecnologías de la comunicación, con la que se enfrentan las
instituciones educativas.
Pero
para realizar esa reforma, hay que vencer la apatía y la inercia que impiden
modificar el entramado educativo. Si hacemos algo de historia, cuando se ha
tratado de innovar la estructura institucional, se han originado
enfrentamientos llegando a defender posturas casi irracionales, por parte de
los profesionales de la educación, específicamente cuando se ha hablado de la
relación con los medios de comunicación, actuando a la defensiva desde el
principio.
Esta
situación, señala un mayor desfase sobre la ya existente, respecto de los
procesos comunicativos que avivan la sociedad. En tal sentido, la escuela marca desajustes tan importantes (Martín
Barbero, 1996) como:
·
Negarse a aceptar el
descentramiento cultural que atraviesa el libro (hasta ahora su eje
pedagógico), el cual, siendo importante, en una sociedad multimedia supone un
recurso más sin la categoría de «oráculo» que se le venía asignando.
·
Una obstinada ceguera a
la pluralidad y heterogeneidad de códigos presentes (hipertextuales,
audiovisuales, musicales…), culpabilizando, además, a las tecnologías de la
crisis de la lectura y esquivando una profunda reorganización de sus
estructuras.
·
Ignorar que se cuenta
con mecanismos de ordenación, relación y divulgación más prácticas, asequibles
e ilimitadas que la escuela, que ya no es el eje central de la transmisión del
saber.
·
Alejarse del entorno de
la cultura que rodea a los medios y a las tecnologías de la comunicación, al
que considera como un desequilibrio y como una dispersión en el modelo de
conocimiento, atrincherándose en una cultura que se distancia cada vez más del
mundo en el que viven/sobreviven los jóvenes, incapaz de ofrecer instrumentos
que les permitan apropiarse crítica y creadoramente de los nuevos canales de la
comunicación.
Entre
uno de los elementos de resistencia, es la eterna disputa entre imagen y texto,
debido que la forma tradicional donde se instituyó la escuela, fue a través del
texto impreso, porque es la manera lineal de cómo es concebido el aprendizaje,
donde prevalece la lectura pasiva, de un modelo mecánico y de sentido único,
que la escuela tradicional ha fomentado. Como lo ha explicado Martín Barbero
(1996), ha continuado “prolongando la relación del fiel con la Sagrada Escritura
que la Iglesia instaurara. Al igual que los clérigos se atribuían el poder de
la única lectura auténtica de la Biblia, los maestros detentan el saber de una
lectura unívoca, esto es, de aquella de la que la lectura del alumno es puro
eco”. Esta rivalidad cada vez tiene
menos sentido, ya que lo que importa es plantear un enfoque para que se
integren texto e imagen, para generar directrices que puedan ser constantemente
revisadas y corregidas.
Otro
componente a tomar en cuenta, es lo que muchos profesores afirman, como la
decadencia del ya muy desgastado poder docente. Esto demuestra una falta de
visión, ya que la predisposición indica que con la incorporación de las nuevas
tecnologías, la figura del maestro es imprescindible, ya que debe estar al frente
de los nuevos caminos pedagógicos que debe señalar y proporcionar a los
estudiantes.
Los
puntos anteriores, nos demuestran que no hay elementos que justifican la
resistencia al cambio. Con la aparición de los nuevos canales de comunicación y
con la formación de una nueva cultura, constata las posibilidades de ampliar
los recursos que necesitan los escolares, para un desarrollo autónomo, que les
permita explorar y analizar la nueva era de la comunicación. Perceval (1995)
dice, refiriéndose al medio audiovisual, que “el lenguaje de la televisión
rompe con el aprendizaje repetitivo de fórmulas, ceremonias y protocolos que
estaban claramente marcados por los textos escolares. El sistema ha roto con la
dinámica unidireccional en beneficio de la investigación y la asunción de
responsabilidades de un alumno que deja de ser pasivo”. Esta realidad, en lugar
de atemorizar al docente o a la institución educativa, debe ser un aliciente y
una motivación. En tal sentido, afrontar la educación y la comunicación, desde
la posibilidad de inaugurar escenarios distintos y enriquecedores dispositivos
de diálogo, como pueden alejarse las dudas y la resistencia al cambio.
¿Cuáles serían las estrategias y enfoques a seguir?
Es
ineludible que la educación, los medios de comunicación y las nuevas
tecnologías, están destinados, inevitablemente, a relacionarse. Existen
diferentes modelos narrativos, para canalizar las relaciones de
convivencia-conveniencia, se ha caracterizado el enfoque tecnicista, la
perspectiva de los efectos y el planteamiento crítico (Aparici 1996).
a)
El enfoque tecnicista: admite
el uso educativo de los medios de comunicación, como estrategia y recurso. Se
parte de la premisa, que la tecnología es neutra y su capacidad es meramente
funcional. Es la utilización de los medios, sin cuestionar el contenido que
estructura el mensaje y las diferentes formas de representación.
b)
La perspectiva de los
efectos: plantea el beneficio que los medios de comunicación aportan al proceso
de enseñanza-aprendizaje. Tiene un valor motivador, que impulsa las
expectativas del estudiante hacia un aprendizaje significativo, pero puede
producir un efecto contrario, como instrumento de distracción-contención, si no
se aplica como herramienta pedagógica y didáctica.
c)
El planteamiento crítico:
es un modelo participativo y constructivista de la enseñanza-aprendizaje. Tiene
como finalidad, decodificar mensajes y contenidos, analizar, jerarquizar y
ordenar la información, que se difunde a través de los medios y por las nuevas
tecnologías. En la línea educativa, es para promocionar una estrategia
pedagógica de motivación y autoexpresión. Su fin es la intervención social,
para potenciar una educación dinámica y autogestionaria, cooperativa y
solidaria, para desarrollar la formación en valores y ciudadanía.
Es
necesario un acercamiento de la escuela hacia los medios de comunicación, para
integrar las nuevas modalidades, como el discurso y el relato. Tomando en
cuenta las palabras de Masterman (1993), “el profesor que pueda pasar con
facilidad de un extracto de televisión al libro de texto, o de un disco a un
artículo periodístico y que use los medios de manera creativa como fuente
alternativa de información, ofrecerá a sus alumnos un entorno más interesante y
animado en el aula. Pero si estas fuentes de información no se someten al
análisis crítico que defienden los profesores de medios, entonces se habrá
pasado clandestinamente a una concepción completamente falseadora de los medios
y de los conocimientos, bajo el disfraz del progresismo y de la relevancia
educativa”. Si esto sucediera, habremos cambiado todo, para que todo siga
igual.
Hay que
desarrollar la capacidad de analizar críticamente los medios y las nuevas
tecnologías, para desarrollar una alfabetización mediática, que facilite la producción
y expresión de los mensajes. Esto se lograría, desarrollando una interacción
entre educación y medios, donde el análisis y la reflexión, junto con el uso
creativo, para transformarlos en instrumentos expresivos, para eliminar la
pasividad e impulsar la aplicación consciente en el cambio social.
¿La educación para los medios de comunicación en la
escuela?
Para
abrir la escuela al entorno, tomando en cuenta la realidad de la sociedad del
conocimiento, hay que asentar de manera definitiva, la materia educación en
medios de comunicación en los salones de clases. Es comenzar la propuesta de un
aula sin muros, donde los estudiantes se les pueden ofrecer una perspectiva de
cómo hacer frente a un contexto y su verdad. Donde asistir a la escuela, sería
más que conveniente, sino productivo, porque el ambiente en el recinto
educativo, sería el más adecuado para estimular la atención y la práctica sobre
los nuevos medios y tecnologías de la comunicación. La incorporación al plan de
estudio, se podría hacer de dos formas:
·
Como materia transversal en
todas las áreas
·
Como área de conocimiento
específico
El
objetivo de ambas estrategias, es la de normalizar y distanciar los medios para
que, a través de su manejo, podamos comprender y estar en condiciones de utilizarlos.
Ampliemos un poco esta sección, estudiando los siguientes puntos:
a)
Lectura crítica: una
oportuna formación en comunicación, facilitará el análisis sobre medios y
nuevas tecnologías, orientando hacia una solución didáctica en las escuelas.
Por ende:
a. problematizar el contenido de los medios, para alejar la
concepción “naturalizada” que presentan de sí mismos;
b. desideologizar sus mensajes, que tienden a legitimar y a
reforzar “determinadas” actitudes, conductas e ideas sobre el mundo;
c. evidenciar la articulación de los medios con el entramado
comercial, empresarial, financiero y político para iluminar su pretendida “independencia
y neutralidad”.
La
finalidad, es desarrollar la capacidad de enseñar a pensar en la cultura
mediática y a reflexionar sobre la realidad. Como dice Masterman (1993), “es
importante que dicho material no se consuma inocentemente, sino que sea leído
de un modo crítico. Parece obvio que los profesores de todas las asignaturas
deben favorecer la técnica básica de la alfabetización audiovisual, consistente
en relacionar los mensajes de los medios con los intereses políticos, sociales
y económicos de quienes los producen”.
b)
Instrumento creativo: la
educación para los medios y las nuevas tecnologías de la comunicación, llegan a
su máxima expresión, cuando los estudiantes perfeccionan la capacidad de crear
y desarrollar sus propios mensajes a través de los medios. Schaeffer (1990)
dice que “para ‘leer’ las imágenes, al igual que los textos escritos, no se ha
de olvidar que es necesario aprender simultáneamente a ‘escribir’. La expresión
a través de los media, como estrategia motivadora a la par que desmitificadora,
requiere, por tanto, no sólo descifrar el lenguaje de la comunicación, sino
servirse de él”.
Pérez
Tornero (1994) dice que “todos estos principios de actuación se reducen en uno:
potenciar una nueva competencia comunicativa”. Ya Freinet, en los años veinte, intentaba
introducir estos conceptos en su escuela, le parecía que llevaban un retraso de
un siglo. Decía que educando en comunicación y medios “la escuela estará
penetrada por una vida nueva a imagen del medio, tendrá que adaptar, en
consecuencia, no solamente sus locales, sus programas y sus horarios, sino
también sus útiles de trabajo y sus técnicas, a las conquistas esenciales del
progreso en nuestra época. No sigamos adaptados por más tiempo a una escuela
que lleva un retraso de cien años por su verbalismo, sus manuales, sus
manuscritos, el balbuceo de sus lecciones, la recitación memorizada, sus
modelos de caligrafía…”.
Ahora,
que hacemos frente al reto de educar para los medios de comunicación, nacen
nuevas dudas:
1.
¿Las escuelas adaptarán
sus estrategias a los nuevos medios y a las nuevas tecnologías de información?
2.
¿La escuela y el sistema
educativo están preparados para estos cambios?
3.
¿Cómo debe renovarse la
institución educativa ante la realidad de la sociedad de la información y la
comunicación?
Estas y
muchas otras interrogantes, deben encontrar respuesta, porque no hay que
olvidar que no solo se educa para utilizar los medios de comunicación del
presente, sino también con los del futuro.
¿Educar a través de los medios versus medios educativos?
Hay
muchas maneras de entender y comprender, la relación entre educación y medios
de comunicación. Abordaremos algunos de ellas, para poder ampliar la percepción
que hay de educar a través de estos instrumentos de información.
La
incorporación de los medios de comunicación al currículo escolar, se ha vuelto
imprescindible en un proceso educativo, ya que forma parte del material
didáctico usado en las aulas de clases. Un ejemplo sería el internet, quien se
ha incorporado de manera rápida al sistema educativo. Además, la mayoría de las
innovaciones en educación, están relacionadas con la aplicación de las
Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Sin embargo expertos en
materia educativa afirman, que la incorporación de los medios de comunicación,
ha sido netamente testimonial, porque son utilizados de forma descriptiva, es
decir, cómo funcionan, que ámbito tienen y registros periodísticos.
No
obstante se ha ampliado el uso de las nuevas tecnologías, como pizarras
digitales, internet, audiovisuales, prensa y otros. Estas iniciativas, ayudan a
ampliar la capacidad de análisis activo y crítico de lo que podemos ver en la
televisión, leer en la prensa y oír en la radio. Además, se trata de educar a
los estudiantes para que estén en capacidad de manejar los códigos propios de
los medios y a la vez, enseñarles la manera de seleccionar la información más
adecuada, es decir, fomentar el pensamiento crítico, para hacer un buen uso de
todos los datos que tienen a su disposición.
Otro
punto a tomar en cuenta, es con respecto a los medios educativos, que tienen
como fin, contribuir a la educación y formación de sus usuarios. En la
actualidad, no abundan, pero se pueden apreciar tanto en televisión como
canales temáticos, radios con programas específicos o emisoras dedicadas las 24
horas de su programación al aspecto educacional, la prensa con encartados o
cuerpos especializados y el internet, con sus miles de posibilidades de navegar
e indagar temas instruccionales. Son espacios importantes, que ayudan a ampliar
la perspectiva de la información que se recibe a través de estos medios.
¿Cuál es la implicación de los medios en la educación?
Esta
interrogante, se puede responder con otra, es decir, ¿los medios de
comunicación son conscientes de la repercusión que tienen en la educación?
Muchos autores afirman que los profesionales de la comunicación, le prestan
poca atención a la educación, pero al mismo tiempo, en el ámbito educativo,
consideran que el contenido de la comunicación, debe tratarse de forma
transversal.
Con
este juego de palabras, podemos afirmar que el sistema educativo no ha
comprendido en su totalidad, la importancia de los medios a la hora de
socializar a las personas, hecho importante que deben aceptar los
comunicadores, en el momento de asumir parte de la responsabilidad que tienen
en la educación. Al admitir la realidad,
tanto educadores como comunicadores, deberán entablar una relación fluida para
destacar la importancia social de los medios en la función educativa.
¿Qué es el término
educomunicar?
Durante
muchos años, se han desplazado por caminos diferentes, los conceptos de
educación y comunicación, provocando a veces, distorsiones y confusiones. Sin
embargo, desde hace un tiempo, educadores y comunicadores han acuñado el
término “educomunicar”.
Ambos
procesos tienen muchos elementos en común, que van desde los aspectos
cognoscitivos, como la transmisión de información, los métodos utilizados,
técnicas y recursos.
Su
principal función, es lograr ciudadanos responsables y participativos, con
pensamiento crítico, creativos en la búsqueda de soluciones a los diferentes
problemas, capaces de objetar la información que reciben, competente en el
momento de opinar sustentado con argumentos sólidos, que sepan acercarse a las
diferentes fuentes de contenido y a la vez, entender que es la verdad y que es
la mentira.
Para
lograr esto, es vital saber leer tanto textos como imágenes, además, conocer y
dominar los diferentes instrumentos comunicativos como las nuevas tecnologías,
para originar procesos interactivos, de retroalimentación. Lo importante, es:
·
compartir información y
expectativas,
·
valorar los aspectos
cognitivos,
·
acrecentar las
habilidades para enfrentarse a los diferentes retos que supone entender,
·
relacionarse con
personas de otras culturas en sus aspectos afectivos, y
·
la capacidad para actuar
creativamente con vistas a mejorar relaciones entre personas, pueblos y
culturas, para favorecer el intercambio comunicativo.
Conclusión
La
relación entre educación y medios de comunicación, ha adquirido importancia
social y cultural en los últimos años, gracias al rol desempeñado por las
Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en la vida presente,
hasta el punto que se habla de sociedad de la información, sociedades del
conocimiento, sociedad del aprendizaje, sociedad red, etc. Por eso, es
impensable hablar de procesos diferentes.
Las
TIC sin duda, aportan nuevas formas de ver la realidad. Los ciberespacios
educativos son un gran avance, obligando a los educadores y comunicadores a ser
más conscientes de la verdad, que permita una mejor reflexión colectiva,
participando y mejorando la búsqueda de datos, donde juega un papel importante
la creatividad, para soluciones locales y globales y a la vez, tener mayor
conciencia del entorno en el cual nos desenvolvemos.
Esta
nueva tendencia, se llama educomunicación, que ha facilitado el camino para que
las personas participen en la defensa de sus derechos, que se eduquen sobre la
multiculturalidad, la paz, la libertad de expresión e información.
Por
eso, el ámbito humano, es cada vez más comunicacional y esto provocará más
temprano que tarde, un cambio en las instituciones educativas, obligadas a
revisar de manera exhaustiva los conceptos y proyectos pedagógicos, porque hay
una nueva manera de socialización, que implica una nueva forma de acceder al
contenido y una nueva forma de comunicarlo.
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Tesis doctorales consultadas
¿Una
pantalla que educa?
La
pedagogía de los medios de comunicación en la ESO
Tesis
Doctoral
El
papel de los medios de comunicación en la socialización de los adolescentes de
Málaga
LA
EDUCACIÓN EN MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Noticieros
de TV e imaginarios en la frontera colombo-venezolana
Tesis
doctoral
Revistas
La
educación en medios de comunicación:
Los medios de comunicación y la educación
El placer de educar en medios de comunicación
Montserrat Medina Moles
Perspectivas de la «educación para los medios» en la escuela de la sociedad
de la comunicación
J. Luis González (*)