miércoles, 14 de octubre de 2015

CONOCER, APRENDER Y DIVULGAR

Tomando en cuenta el auge de las comunicaciones en los últimos veinte años, la sociedad se ha sumergido en la producción y gestión del saber. Ya no son las materias primas, el trabajo físico o el dinero, lo que cuenta es el dominio del conocimiento. Esto se puede notar en los cambios sociales y culturales, que se aprecian con el sólo acceso a la red informática internacional, que permite el intercambio de todo tipo.

Un ejemplo serían las Técnicas de Información y Comunicación (TIC), que han originado una nueva realidad y han cambiado la estructura social, modificando las relaciones entre las organizaciones, el entorno y la comunidad.

Cambios que se pueden distinguir también entre las personas. Las redes sociales, la nueva configuración para investigar, la necesidad de estar actualizado, han originado nuevas formas laborales, como los community manager, que se han convertido en los nuevos responsables del compartir sabiduría y garantizar la libertad de estar informados.

Ha nacido así la sociedad del conocimiento, que ha acelerado el proceso de interacción con los medios, el saber y la estructura social y así compartir habilidades, como nueva forma de redistribución cultural, donde lo que importa es el poder de la comunicación.

Ahora la ciudadanía es más proactiva, ávida de datos para mejorar su realidad y a la vez, dispuesta a ofrecer soluciones a problemas compartidos. Es donde aparece el internet, que ha democratizado el acceso a la información, donde ahora el emisor y receptor intercambian roles, con el fin de mejorar la convivencia y las oportunidades. Las redes han originado una nueva manera de organización, ya que la interacción con otros, ha hecho más amplio el compartir objetivos comunes. Es la voluntad de la población de intervenir como ente activo en el proceso de cambio social.

Hay que destacar que con la interconexión nació también la comunicación múltiple, de todos con todos, donde en la autopista de la información circulan temas variados, originando una convergencia cultural y mediática, por la facilidad de enlace. Las páginas web se han convertido en una realidad alterna de libertad de expresión y a la vez, en un canal para solventar problemas comunicacionales. Sin embargo no hay que descuidar al ciudadano común, que necesita ser alfabetizado digitalmente, para que pueda ser capaz de pensar y actuar de forma crítica ante el bombardeo de información.

Actualmente la sociedad es más reflexiva y la producción del saber ha variado, ya la sapiencia no es una verdad objetiva, sino variable y verificable, porque lo que cuenta es la interpretación y la comprensión, para poder intercambiar datos para la construcción de comunidades, que sepan convalidar la verdad, en pocas palabras, tener consciencia digital.
De todo lo anterior, no hay que olvidarse de la educación, que se medía por los años de estudio que se le dedicaban para obtener un título. Ahora todo ha cambiado, lo que cuenta es la actualización de habilidades y aprendizaje continuo, porque ya no importan las formalidades, sino hacer frente día a día a la información que recibimos.

Ya la ciencia y la investigación se han diversificado, porque las universidades no poseen el monopolio del saber. Ahora la colectividad es más investigativa. El desafío de las casas de estudio es formar comunidades virtuales, apoyados en los procesos comunicacionales para divulgar conocimiento, facilitando la interacción en la sociedad actual. En pocas palabras, lo que importa es conocer, aprender y divulgar.




1 comentario:

  1. La curiosidad, la investigación y la imaginación hace que cada día el rol del docente sea el de facilitador, tomando elementos claves de Socrates, Pasteur y Einstein.

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